De formas orgánicas, imperfectas, quizás un tanto primitivas, de inspiración
mediterránea, especialmente en pequeños detalles, elementos que encuentra en esta pequeña isla.
Primitivas porque mayoritariamente todas sus piezas están fabricadas con la
técnica de la cera perdida, una técnica tan antigua que ya se utilizaba en
Mesopotamia y Egipto en el año 200 a.C.
Técnica que le permite expresar de una manera muy especial el carácter tan personal de sus piezas, dejando su huella en cada una de sus joyas.
Joyas con alma que deja ver a través de ella la magia de la cera, el barro, el fuego, el metal…
La plata negra y el oro son una combinación que caracteriza las joyas de
Isabel Mir, consiguiendo volúmenes y contrastes que la identifican con sólo ver sus piezas.
Las piedras, las estrellas, el agua, el viento, la erosión, el paso del tiempo… la naturaleza…todos estos elementos son los que esbozan y diseñan una joyería que transmite sensaciones.